Revista de Ciencias Tecnológicas (RECIT): Volumen 7 (4):
e376.
9 ISSN: 2594-1925
4. Discusiones
Esta revisión destaca la diversidad entre las
herramientas disponibles diseñadas para evaluar
la dificultad en la extracción de TM, cada uno
presentó parámetros diversos o combinados pero
comparten un objetivo común: facilitar la toma
de decisiones clínicas y disminuir la probabilidad
de complicaciones transoperatorias en la cirugía
del TM. [5] Clasificaciones como la de Winter,
Pell y Gregory, Sánchez Torres, la Escala
modificada de Romero Ruiz, el Índice de
Pederson y Koerner, así como él NIDETMMI
han sido propuestas con la intención de predecir
el grado de dificultad quirúrgica, pero su
precisión y aplicación en diferentes escenarios
clínicos siguen siendo objeto de debate [12],
[15].
Autores [13] evaluaron las clasificaciones de
Winter, Pell y Gregory, y Sánchez Torres, y
concluyeron que la clasificación de Winter, al ser
más simple, resultó ser la más confiable según la
percepción de un grupo de cirujanos y residentes
de cirugía. Sin embargo, esta simplicidad no
siempre se traduce en una menor dificultad
quirúrgica. Por ejemplo, la posición vertical del
TM, se clasifica con menor dificultad según
Winter al presentar un riesgo considerable de
desarrollar patologías como la pericoronitis. [21],
[22] Esto sugiere que, aunque los parámetros
radiográficos puedan indicar una extracción
sencilla, factores clínicos adicionales deben ser
considerados para minimizar las complicaciones.
[13] La escala de Romero Ruíz se considera que
es de las más completas porque integra
parámetros clínicos y radiográficos e incluye
características como la densidad ósea y el tamaño
del folículo. [14]
Por otro lado, el Índice de Pederson, es
ampliamente utilizado, por su enfoque en el cual,
predomina la radiografía. Sin embargo, ignora
factores clínicos que podrían alterar
significativamente la dificultad de la extracción
[16], compararon este índice con otros autores y
se concluyó que la ausencia de criterios clínicos
limita su capacidad predictiva.
Esta crítica también podría extenderse al índice
de Koerner, que, si bien introduce
modificaciones en la terminología, mantiene la
estructura básica de Winter y Pell & Gregory. La
similitud en los parámetros sugiere que las
limitaciones del Índice de Pederson podrían
aplicarse al de Koerner, lo que pone en duda su
precisión en la práctica clínica [17], [7], [16].
La búsqueda de un índice más completo que
integre tanto factores radiográficos como clínicos
sigue siendo una prioridad para la comunidad
científica. El NIDETMMI [20] subraya la
necesidad de adaptar o crear un nuevo índice
mediante el uso de herramientas tecnológicas
avanzadas que permitan predecir de manera más
precisa el grado de dificultad quirúrgica. El
avance en técnicas de imagen 3D y el uso de
inteligencia artificial podrían ofrecer una
solución a estas deficiencias, proporcionando
una evaluación integral y personalizada para
cada paciente [20], [3].
El considerar las tomografías como herramienta
de apoyo para valorar los TM, considerar los
planos anatómicos en 360 grados, lo que permite
evaluar no solo el TM de manera individual, sino
todas las estructuras anatómicas adyacentes, y
podría predecir y prevenir posibles
complicaciones gracias a la evaluación integral.
[14].
Hay parámetros que sería oportuno considerar
como herramientas complementarias predictivas,
como el biotipo facial, las patologías asociadas al
tercer molar (neoplasias, quistes, pericoronitis
etc.), la presencia o no de fractura coronal,
presencia de tratamientos restaurativos (corona,
incrustación, resina, endodoncia, implantes,
etc.), que pueden aumentar el grado de dificultad