energía mediante la utilización de tecnologías
modernas y energéticamente eficientes por medio
de un certificado de cero emisiones de CO2, sin
considerar la energía y las emisiones de CO2
durante el transporte de los recursos naturales
como los agregados pétreos, o de los materiales
utilizados durante la construcción de las
edificaciones [5].
Durante más de 10 años, el Panel Internacional de
Recursos (PIR) ha presentado evaluaciones
científicas sobre las tendencias, los modelos y las
consecuencias de la extracción, la utilización y la
eliminación de los recursos naturales en nuestras
sociedades y economías. El reporte del PIR es
quizá el único que ha llevado un seguimiento de los
volúmenes de extracción global de minerales no
metálicos, especialmente la grava, la arena y la
arcilla. De acuerdo con sus estimaciones,
aproximadamente la mitad del total de emisiones
de GEI se deben a la extracción y el procesamiento
de recursos para convertirlos en materiales,
combustibles y alimentos. Sin embargo, el reporte
no desagrega los datos para el transporte y tampoco
específica, cuántas de estas emisiones
corresponden al sector de la construcción [15].
Por otra parte, en su segundo informe bianual sobre
economía circular, el World Resources Institute
(2020), resalta que, a pesar de los esfuerzos, la
economía circular en el mundo se ha reducido al
pasar de 9.1% en 2017 a 8.6% en 2019. El reporte
también dedica un apartado a analizar la rapidez
con la que ha crecido la extracción de materiales,
multiplicándose 3.5 veces entre 1970 y 2017, al
pasar de 26,700 millones de toneladas a 92,000
toneladas, respectivamente. Sin embargo, los datos
han sido agregados, sin posibilidades de analizar
las estadísticas para agregados pétreos y menos
para analizar sus correspondientes emisiones de
GEI [14].
Por último, es importante resaltar que en México
existe la Norma Mexicana NMX-AA-164-SCFI-
2013 para la edificación sustentable, criterios y
requerimientos ambientales mínimos; la cual,
aunque no es de carácter obligatoria, considera
específicamente el análisis del transporte, entre
otras etapas del ciclo de vida de los materiales de
construcción. Así, en el punto 5.2.4. establece que
se deberán considerar los impactos ambientales,
sociales y económicos a lo largo de todo el ciclo de
vida de la edificación, desde la obtención de las
materias primas, manufactura, transporte,
colocación en obra, operación de la edificación,
mantenimiento, demolición y su la disposición final
de los materiales después de la vida útil. Para el
caso de nuevas obras o la remodelación de estas, la
norma estipula que deben presentarse datos para
realizar el análisis del ciclo de vida del material
elegido frente a otro material que sirva como punto
de comparación. Este análisis comparativo deberá
realizarse considerando al menos tres materiales
que representen el mayor volumen del total de los
que se utilizaran en la construcción de la
edificación. En dicho análisis deberá analizarse el
tipo y cantidad de energía utilizada para la
extracción de la materia prima, la manufactura del
material, entre otros, así como también el tipo de
transporte y la distancia recorrida entre el sitio de
extracción de la materia prima y en manufactura, al
sitio de manufactura y distribución, y al punto de
distribución y la obra. Además del tiempo de vida
útil del material, así como la generación de residuos
en la extracción de materiales, manufactura y
colocación, todo esto a manera de contribuir a
reducir el impacto ambiental directo e indirecto en
las cuencas y medio ambiente [16].
Referencias
[1] United Nations Environmental Programme
(UNEP), “Sand and sustainability: Finding new solutions
for environmental governance of global sand resources,”
Geneva, Switzerland, 2019.
http://hdl.handle.net/20.500.11822/28163
[2] J. Figueroa-Castrejon, Anibal; Marincic-
Lovriha, Ochoa-de -la-Torre, Manuel; Rojas-Menéndez,
“Energía en edificaciones,” in Energías Alternas:
Propuesta de Investigación y Desarrollo Tecnológico
para México, Academia Mexicana de Ciencias, Ed.
Ciudad de México, 2010, pp. 81–88.
http://www.coniunctus.amc.edu.mx/libros/energias_alte
rnas.pdf
[3] Secretaría de Energía (SENER), “Balance
Nacional de Energía 2017,” México, 2018.
https://www.gob.mx/sener/documentos/balance-
nacional-de-energia
[4] United Nations Environmental Programme