1. Introducción
Un biosensor es un transductor que
convierte una señal biológica en una señal o
dato eléctrico que pueden ser interpretados
por un instrumento generalmente
electrónico. Existen diferentes tipos de
biosensores que se pueden clasificar de
acuerdo a la energía de conversión que
utilizan, algunos de ellos son
electroquímicos, piezoeléctricos u ópticos
[1]. Los sensores electroquímicos producen
una corriente eléctrica ante la presencia de
una reacción química, un ejemplo de éstos
son los glucómetros comerciales. Los
sensores piezoeléctricos producen una
respuesta mecánica que produce una señal
eléctrica cuando está presente el agente
biológico a detectar, un ejemplo de éstos
son los osciladores de cristal; en este tipo de
sensores, se hace oscilar a un cristal con una
frecuencia de oscilación de referencia y
cuando cambia la densidad de masa de la
superficie del cristal debido a la presencia
del agente a detectar, cambia la frecuencia
de oscilación. Por otro lado, los sensores
ópticos utilizan diferentes técnicas para la
detección, como por ejemplo los fenómenos
de refracción o interferencia mediante el uso
de guías de onda o fibras ópticas. Debido a
sus propiedades, los sistemas basados en
guías de onda ofrecen varias ventajas, como
flexibilidad, miniaturización, detección en
tiempo real y bajo costo en comparación con
las técnicas químicas, por lo que prometen
ser una excelente opción para aplicaciones
en diagnóstico médico [2].
La fabricación de guías de onda ópticas es
actualmente un tema de interés científico
debido a la gran cantidad de aplicaciones,
además de que son relativamente fáciles de
fabricar debido a que existen diferentes
técnicas ya desarrolladas que permiten
obtener dispositivos innovadores e
integrados. Existen diferentes formas de
utilizar las guías de onda como biosensores,
por ejemplo, Okubo et. al [3], reportaron un
acoplador direccional de nitruro de silicio
sobre dióxido de silicio (SiO
2
) utilizado
para crear un biosensor, el cual detecta
cambios de índice de refracción y cambios
en la intensidad de salida; con este sensor
lograron detectar uniones de biotina/
estreptavidina con una alta sensibilidad, sin
embargo para detectar un cambio de índice,
este tipo de biosensores requiere de un
bioreceptor (por ejemplo una enzima, una
proteína o un analito) que reaccione ante la
presencia del agente a detectar. Los
biosensores basados en interferómetros de
guías de onda, no necesitan biomoléculas y
son de particular interés en este trabajo
porque son los que ofrecen la más alta
resolución y estabilidad. Una forma muy
común de obtener interferencia en guías de
onda es utilizar un acoplador direccional
[4], en este tipo de interferómetros un haz de
luz coherente y monocromático se divide en
los dos brazos del interferómetro, a través
de uno de los brazos viaja un haz de
referencia, el segundo interactúa con la
muestra a analizar, cualquier cambio de fase
en comparación con el haz de referencia
sirve para determinar si el agente biológico
a detectar está presente o no.
1.1 Guía de onda
Una guía de onda es un dispositivo que
funciona bajo el principio de reflexión total
interna [5], básicamente sirve para
transportar luz a través de distancias largas
sin pérdidas considerables de energía y
consiste de un sustrato como vidrio o silicio
sobre el cual se deposita un material
dieléctrico con índice de refracción más
grande que el del sustrato. Debido a esta