Revista de Ciencias Tecnológicas (RECIT). Volumen 3 (1): 10-22
Revista de Ciencias Tecnológicas (RECIT). Universidad Autónoma de Baja California ISSN 2594-1925
Volumen 5 (1): e208. Enero-Marzo. https://doi.org/10.37636/recit.v5n1e208.
ISSN: 2594-1925
1
Artículo de investigación
Índice sintético para la evaluación intraurbana de la
vivienda inadecuada y su aplicación en la ciudad de
Mexicali
Synthetic index for the intra-urban evaluation of inadequate
housing and its application in the city of Mexicali
Jesús Ricardo Salazar Ramírez¹ , Judith Ley García2
¹Facultad de Arquitectura y Diseño, Universidad Autónoma de Baja California. Blvd. Benito Juárez
S/N, Unidad Universitaria, CP. 21280, Mexicali, Baja California, México
²Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma de Baja California. Blvd. Benito
Juárez S/N, CP. 21280, Mexicali, Baja California, México
Recibido: 22 de Octubre del 2021 Aceptado: 23 de Diciembre del 2021 Publicado: 15 de Diciembre del 2021
Resumen. - El objetivo del artículo es presentar una propuesta metodológica para la evaluación de
la vivienda inadecuada al interior de las ciudades, mediante un índice que surge de la
operacionalización de variables (OV), donde se toman como base las directrices del derecho a una
vivienda adecuada desde el enfoque de las capacidades. Para tal fin, se tomó como caso de estudio la
ciudad de Mexicali, una ciudad de la frontera norte de México, cuyas características geográficas,
económicas y demográficas se manifiestan en condiciones distintas de calidad del espacio construido.
El índice de vivienda inadecuada propuesto permitió identificar que más de la mitad de las viviendas
en Mexicali son inadecuadas porque carecen de condiciones materiales apropiadas, no tienen
espacios suficientes y están expuestas tanto a peligros naturales, como a contaminación ambiental.
Además de que carecen de acceso a equipamiento y fuentes de empleo.
Palabras clave: Vivienda adecuada; Vivienda inadecuada; Indicadores intraurbanos; Índice sintético;
Enfoque de las capacidades.
Abstract. - The objective of the article is to present a methodological proposal for the evaluation of
inadequate housing inside the cities, through an index that arises from the operationalization of
variables (OV), this captures the guidelines of the right to adequate housing grounded on the
capabilities approach. The Mexican border city of Mexicali was chosen as a study case since its
geographic, economic, and demographic characteristics translate into a built space with diverse
qualities. Through this index, we identify that more than half of the urban housing stock in Mexicali
is inadequate because they lack appropriate material conditions, do not have sufficient spaces, and
are exposed to both natural hazards and environmental contamination. In addition, they lack access
to equipment and sources of employment.
Keywords: Adequate housing; Inadequate housing; Intraurban indicators; Synthetic index;
Capabilities approach.
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1. Introducción
Debido a que en las ciudades vive más de la
mitad de la población mundial [1] y que tienden
a crecer aceleradamente, el papel que
desempeña la vivienda en el bienestar de los
habitantes urbanos ha sido motivo de
preocupación para la Asamblea General de las
Naciones Unidas. Esta preocupación se refleja
en programas (ONU-Hábitat), conferencias
(Hábitat) y agendas (Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda
Urbana) [2], donde se considera que es urgente
elaborar más y mejores indicadores para
ampliar la base del conocimiento de las
realidades urbanas. Pues, los indicadores se
conciben como una herramienta para
monitorear, evaluar y revisar las condiciones,
tendencias y problemas urbanos, como la
vivienda y su entorno.
En este sentido, el documento Observación
General No. 4, relativo al derecho a una
vivienda adecuada, destaca la necesidad de
"proporcionar información detallada sobre
aquellos grupos de la sociedad que se
encuentran en una situación vulnerable y
desventajosa en materia de vivienda" [3]. No
obstante, los indicadores urbanos actuales de
vivienda solo proporcionan porcentajes en
escalas nacionales y globales que sirven para
propósitos situacionales y comparativos [4].
Diferentes informes internacionales examinan
esa situación, en ellos se expresa la necesidad
de desagregar la información de la escala global
a escalas más pequeñas, como la urbana [5]. Ya
que, en este nivel de agregación, se pueden
utilizar sistemas de georreferenciación para
detectar, caracterizar y cuantificar las
violaciones en materia de vivienda al interior de
las ciudades (escala intraurbana). Sin embargo,
la diversidad de propuestas de baterías de
indicadores (e índices) para la medición y
evaluación de la vivienda, no tienen bases
teóricas bien definidas.
Cabe resaltar, que las propuestas de indicadores
revisadas [6-15] no abordan totalmente las
directrices del derecho a una vivienda adecuada
ni procuran la integración de estas en un índice
sintético para visualizar, en mapas temáticos,
diferencias socio-espaciales al interior de las
ciudades.
Por lo anteriormente expuesto, el objetivo del
artículo es presentar una propuesta
metodológica para la evaluación de la vivienda
inadecuada al interior de las ciudades, mediante
un índice sintético que toma como base las
directrices del derecho a una vivienda adecuada
desde el enfoque de las capacidades.
1.1. El enfoque de las capacidades
A pesar de que, tanto los programas de la ONU,
como el marco de los derechos humanos tienen
resonancia en el discurso político actual,
Nussbaum [16] señala que esto no se debe a la
claridad teórica y conceptual que guardan, ya
que las ideas componentes están enraizadas en
muchas tradiciones. La autora destaca que el
uso común del lenguaje de los derechos
humanos da la ilusión de un acuerdo cuando, en
realidad, existe un profundo desacuerdo
filosófico. Nussbaum considera que la forma
de fundamentar aquellos temas concernientes al
derecho de propiedad es en términos de
capacidades, dado que estas permiten analizar
cómo las personas están habilitadas para vivir
una buena vida.
El enfoque de las capacidades (EC),
desarrollado por Sen [17] y ampliado por
Nussbaum, tiene tres conceptos principales: 1)
la capacidad, entendida como la habilidad de
una persona para realizar actos valiosos o
alcanzar estados valiosos de ser; 2) la libertad,
que refiere a un conjunto de oportunidades para
elegir y actuar; y 3) los funcionamientos, que
conjugan a los anteriores en acciones realizadas,
o logros concretados. Estos últimos abarcan
tanto cosas elementales (p. ej. estar bien nutrido,
tener buena salud, evitar posibles enfermedades
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y mortalidad prematura), como complejas (p. ej.
tener dignidad, ser feliz) [18].
Los enfoques clásicos del bienestar presentan
ciertas desventajas. Por ejemplo, en la
evaluación de utilidad (satisfacción) se
distorsionan los resultados cuando las personas
desfavorecidas o en desventaja se encuentran
satisfechas con su nivel de vida al creer que no
pueden obtener algo mejor; es decir, cuando los
estados subjetivos de la mente son adaptados y
ajustados [16] para justificar la realidad vigente.
En cambio, el enfoque de las capacidades
evalúa el bienestar por medio de la libertad, que
concierne a la oportunidad real que se tiene para
alcanzar aquello que se valora. Desde esta
perspectiva, la mejor forma de abordar el
derecho a la vivienda es en términos de
capacidades, puesto que estas permiten conocer
si el derecho es realmente exitoso en expandir
tanto las libertades como el poder que tienen las
personas, titulares del derecho, para hacer y ser
[19].
1.2. Las capacidades y la vivienda
adecuada
Nussbaum [16] sostiene que las capacidades
pueden ser el objeto de un acuerdo entre
personas; es decir, las capacidades centrales de
los humanos se pueden determinar por medio
de un consenso político. Al respecto, la autora
desarrolla y propone una lista acordada de diez
capacidades funcionales humanas o habilidades
para satisfacer funcionamientos centrales
1
. En
dicha lista la importancia de la vivienda en el
bienestar es reconocida, específicamente en la
capacidad de salud corporal, que considera el
hecho de tener un refugio adecuado (adequate
shelter) como uno de los componentes
esenciales para gozar de buena salud. No
obstante, las características que el refugio debe
poseer no se definen en la lista.
1
Los funcionamientos centrales son: vida; salud corporal;
integridad corporal; sentidos, imaginación y
No obstante, para ello podemos utilizar el
trabajo desarrollado por el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) [3]
de la ONU, donde definen las características
del refugio o vivienda (adecuada). De tal
manera que una vivienda será inadecuada si
carece de: D1) Seguridad legal de la tenencia,
pues impide la protección legal de las personas
contra desalojos, hostigamiento y otras
amenazas; D2) Disponibilidad de servicios,
materiales, instalaciones e infraestructura
(saneamiento adecuado, agua potable, energía,
iluminación, almacenamiento de alimentos y
eliminación de desechos); D3) Habitabilidad,
porque no garantiza la seguridad física o no
proporciona espacios adecuados ni protección
con respecto al entorno. Además, será
inadecuada si no presenta: D4) Gastos
soportables, pues su costo amenaza o
compromete el disfrute de otros derechos
humanos; D5) Asequibilidad, ya que no se
tienen en cuenta las necesidades y recursos
específicos de los grupos desfavorecidos y
marginados en la producción de vivienda; D6)
Lugar apropiado, ya que está aislada de
oportunidades (p. ej. empleo, servicios de
salud, escuelas, guarderías) o se encuentra
ubicada en sitios peligrosos o contaminados; y
D7) Adecuación cultural, pues no respeta o
impide la expresión de la identidad cultural y
los modos de vida de sus ocupantes.
Las directrices anteriores son aplicables a
cualquier contexto, independientemente de la
condición social, económica, religiosa o
cultural del lugar; además, son el resultado de
una extensa investigación que involucró el
consenso de los Estados miembros de la ONU.
Por tal motivo, se puede considerar que existe
el consenso político sugerido por Nussbaum
[16] en las características de adecuación o
inadecuación incluidas, definidas y justificadas.
En relación con las capacidades centrales
propuestas por Nussbaum [16], una vivienda
adecuada buscara habilitar los funcionamientos
pensamiento; emociones; razón práctica; afiliación; otras
especies; jugar; y control sobre el entorno de cada uno.
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de vida, salud corporal e integridad corporal,
puesto que ser capaz de mantenerse con vida,
de gozar de buena salud y no recibir daños,
requiere que la vivienda cumpla con criterios de
habitabilidad y disponibilidad de servicios (D3
y D2) que, entre otras cosas, buscan la
seguridad, los espacios suficientes, la higiene y
la comodidad del habitante. En este sentido,
Sen [20] señala que la vivienda confiere a las
personas la habilidad de estar bien protegidos,
que en situaciones de pobreza representa un
funcionamiento de importancia central.
Asimismo, las capacidades de sentidos,
imaginación y pensamiento; razón práctica;
otras especies y jugar, pueden verse
restringidas por las condiciones del lugar (D6);
dado que, las opciones de educación,
recreación y esparcimiento que pueden cultivar
los sentidos, la imaginación y el razonamiento,
así como permitir el interés por la naturaleza y
el disfrute de actividades recreativas, dependen
de la distribución urbana de equipamiento y
empleo. Otra directriz relacionada con la
capacidad de sentidos, imaginación y
pensamiento es la adecuación cultural (D7),
que aboga por la expresión de la identidad
cultural, donde la producción de obras auto-
expresivas (con libertad de expresión), pueden
representar manifestaciones de la identidad (la
vivienda puede ser una de ellas).
En cuanto a la capacidad de emociones, que
alude a tener vínculos afectivos, la adecuación
cultural (D7) también interviene, al
considerarse que la vivienda constituyen un
almacén emocional donde se forma la identidad”
[21]; igualmente, Oswald [22] considera que
las expectativas y preferencias por
determinadas formas de vivienda son
necesidades derivadas de experiencias tanto
personales y familiares, como de normas
culturales, estas últimas entendidas como
expectativas comunes respecto a un estándar de
vivienda aceptable.
Por su parte, la seguridad jurídica de la
tenencia (D1) se relaciona con la capacidad de
emociones, debido a que el desalojo forzoso,
hostigamiento o amenazas con respecto a la
tenencia, pueden ocasionar miedos y
ansiedades abrumadoras que restrinjan el sano
desarrollo emocional de las personas. La
capacidad de razón práctica puede ser
impulsada por la habitabilidad (D3) y la
ubicación de la vivienda (D6), dado que en ella
se pasa más de la mitad de la vida [6], los
espacios cotidianos pueden ser lugar para la
reflexión crítica de la planificación de la vida.
Otra capacidad relacionada con la directriz de
habitabilidad (D3) es la afiliación, debido a
que los espacios al interior de la vivienda
pueden habilitar las interacciones
interpersonales; además, la afiliación guarda
una estrecha relación con la asequibilidad (D5),
ya que se basan en la no discriminación.
Por último, la capacidad de control sobre el
entorno de cada uno presenta vínculos con
cuatro directrices de la vivienda; en mayor
medida, con la seguridad jurídica de la
tenencia y la asequibilidad (D1 y D5) ya que
ambas apoyan el derecho sobre la propiedad de
manera legal y en igualdad. De forma matizada
guarda relación, por un lado, con gastos
soportables (D4), pues, como expone Malpass
[23] la vivienda es el elemento de mayor
consumo individual en la vida de las personas.
En otras palabras, ser capaz de poseer un
inmueble de manera legal está supeditado por
el ingreso; por el otro lado, debido a que la
ubicación de la vivienda puede facilitar o
restringir la oportunidad de acceso al empleo en
condiciones de igualdad con otros, también se
relaciona con la directriz del lugar (D6).
En suma, la vivienda adecuada además de ser
un logro valioso (funcionamiento), constituye
un producto material que permite la expansión
de las libertades (oportunidades) que las
personas tienen para hacer o ser lo que tienen
razón de valorar, de manera que la vivienda
habilita o restringe la consecución del bienestar.
Por lo ya expuesto, en el presente documento se
presta especial atención a la existencia de
viviendas inadecuadas, como indicador de
logros o funcionamientos truncos y de
oportunidades restringidas. Esto concuerda con
los argumentos de Velasco [24], quien sugiere
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que para tener una apropiada perspectiva y
estimación de las condiciones de vida de las
sociedades es necesario que se incluyan
indicadores negativos en su análisis.
Lo anterior, parte de la idea de que la
investigación actual en el campo del bienestar
social (así como el bienestar subjetivo,
felicidad, satisfacción, entre otras), connota una
ideología optimista que se enfatiza en el uso de
indicadores positivos plagados de falacias. En
particular, el autor sostiene que la idea del
bienestar social esta “enraizada con la idea
falaz de que los indicadores de "progreso" y la
mejora constante deben dar cuenta del bienestar
de las sociedades, esto conlleva abordarlo a
través de una noción menos optimista y más
realista en su estudio” [24].
Esto último recobra relevancia al considerar
investigaciones [25] que destacan que la
información negativa recibe más atención y un
procesamiento cognitivo más completo que las
positivas; es decir, que la información adversa
tiene un impacto significativamente más fuerte
que cualquier buena información comparable.
Además de que muestra la necesidad de un
cambio y el camino para lograrlo
De ahí que, la utilización del adjetivo
“inadecuado”, para calificar a la vivienda,
pretende proporcionar un indicador que estime
las condiciones de vida de las comunidades a
partir de las carencias y rezagos existentes,
como información básica para la toma de
decisiones en materia de bienestar. Para lograr
este acercamiento, se propone una forma de
evaluar la vivienda a escala intraurbana que se
basa en las siete directrices del derecho a una
vivienda adecuada.
2. Propuesta metodológica: El índice de
vivienda inadecuada
2
“Un área geográfica ocupada por un conjunto de
manzanas perfectamente delimitadas por calles, avenidas,
andadores o cualquier otro rasgo de fácil identificación
en el terreno y cuyo uso del suelo es principalmente
Para el índice de vivienda inadecuada (IVINA)
que se propone se llevó a cabo la
operacionalización de las variables, que
consiste en la transformación de conceptos y
proposiciones teóricas en variables concretas
[26] y abarcó los siguientes pasos:
1. Determinar los conceptos con base en el
documento del CDESC [3] sobre el derecho a
la vivienda adecuada y desglosarlos en
dimensiones, en concordancia con las siete
directrices.
2. Transformar las dimensiones de la
vivienda adecuada para dar origen a los
indicadores temáticos de la vivienda
inadecuada (tabla 1).
3. Desglosar las variables en indicadores.
Para ello fue necesario revisar qué tan medibles
son los indicadores a nivel de áreas
geoestadísticas básicas (AGEB
2
. Por tal motivo,
la inasequibilidad no se integró al análisis.
4. Elaborar y calcular el índice sintético o
índice compuesto de vivienda inadecuada
(IVINA). Este se calculó mediante la
superposición de capas de indicadores en un
sistema de información geográfica (SIG). Los
resultados del IVINA se expresan en
porcentajes que van de 0 al 100, donde 0
corresponde a una vivienda adecuada y 100 a
una vivienda completamente inadecuada.
5. Agrupar los resultados en intervalos de
20 puntos porcentuales para identificar cinco
niveles o grados de inadecuación: muy bajo,
bajo, medio, alto y muy alto.
2.1. El caso de estudio
Para el análisis de la vivienda inadecuada se
tomó como caso la ciudad de Mexicali, Baja
California, México, ya que sus características
geográficas, económicas y demográficas se
manifiestan en condiciones distintas de calidad
del espacio construido. Esta ciudad se localiza
en el noroeste de México y colinda con la
ciudad estadounidense de Calexico, California.
habitacional, industrial, de servicios, comercial, etcétera,
y solo son asignadas al interior de las localidades urbanas”
[27].
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A pesar de ser una ciudad joven, el carácter
fronterizo de Mexicali, en conjunto con
políticas de industrialización, han propiciado
un crecimiento demográfico intenso (flujo
migratorio permanente nacional e internacional)
con una consecuente expansión urbana
acelerada. Esto último agrava los problemas
urbanos relacionados con la capacidad local de
respuesta en materia de dotación de suelo,
vivienda, equipamiento e infraestructura [28].
En lo que respecta a la estructura urbana, la
forma de la ciudad de Mexicali es semi-radial,
donde el centro del semicírculo concuerda con
el centro fundacional y la línea internacional,
que actúa como una barrera que impide el
crecimiento hacia el norte (Estados Unidos).
Según Padilla y Juárez [29], el tipo de
expansión que propició esta forma, es muy
diferente a las ciudades del centro del país, las
que comúnmente siguen una organización
concéntrica. Otras diferencias de la ciudad de
Mexicali, con respecto al resto de las ciudades
de la república, son las condiciones extremas,
como altas temperaturas y estar localizada en la
zona de más alta sismicidad en México,
situaciones que requieren de una tipología
constructiva particular para evitar daños y
pérdidas en las viviendas por desastres, así
como para hacerla un bitat adecuado para la
vida humana.
2.2. Propuesta y cálculo de indicadores
temáticos y básicos
En la tabla 1 se presenta la propuesta de
indicadores temáticos, los indicadores básicos
que los integran y la fuente de información para
su cálculo.
Tabla 1. Indicadores temáticos de vivienda inadecuada.
Indicador Temático
Clave
Indicador básico
Fuente
D1) Inseguridad de
tenencia
Porcentaje de viviendas (PV) que no cuentan con título de propiedad
[30-31]
PV cuyos habitantes consideran como no propia la vivienda
[31]
D2) Indisponibilidad de
servicios
PV que no disponen de agua al interior
[30]
PV que no disponen de energía eléctrica
PV que no disponen de drenaje
D3) Inhabitabilidad
PV que presentan fragilidad estructural
[32]
PV con más de 2.5 habitantes por cuarto (hacina-miento)
[30]
PV cuyos habitantes perciben mal el estado de su vivienda
[31]
PV cuyos habitantes perciben fragilidad estructural
D4) Gasto no soportable
PV cuyos habitantes consideran su vivienda una carga financiera
[31]
D5) Inasequibilidad
Porcentaje de población sin oportunidad de adquisición de vivienda
NA*
D6) Lugar inadecuado
Porcentaje de personal desocupado por unidad económica
[33-36]
Porcentaje de viviendas no cubiertas por equipamiento de salud
(distancia según normas de equipamientos)
PV no cubiertas por equipamiento educativo público (distancia según
normas de equipamientos urbanos)
PV no cubiertas por equipamiento recreativo (distancia según normas de
equipamientos)
PV no cubiertas por equipamiento deportivo (distancia según normas de
equipamientos)
PV no cubiertas por equipamiento de seguridad social (distancia según
normas de equipamientos urbanos)
Áreas geoestadísticas que presentan contaminación en aire, agua y suelo
[32]
PV expuestas a peligros geológicos e hidro-meteorológicos
PV cuyos habitantes perciben la ubicación como poco segura
[31]
7) Inadecuación cultural
PV cuyos habitantes consideran que su vivienda no cumple con sus
expectativas ni necesidades
[31]
Nota: En todos los casos se consideraron únicamente las viviendas particulares habitadas (PV).
*El indicador temático de Inasequibilidad no cuenta con información disponible para poder calcularlo a nivel intraurbano.
Fuente: Elaboración propia.
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Debido a la diferente naturaleza de los
indicadores planteados, se optó por separarlos
en dos grupos temáticos (tabla 2): por un lado,
los indicadores que describen las condiciones
materiales de la vivienda y su entorno, de
naturaleza agregativa. Por el otro lado, los
indicadores que describen condiciones de
percepción y de seguridad, que afectan de
manera directa las condiciones de permanencia
en la vivienda. Estos últimos se trabajaron
como ponderadores.
Tabla 2. División de indicadores temáticos por grupos
temáticos.
Grupo
Indicador
temático
Descriptor
Condiciones materiales (vivienda y entorno) CM
Indisponibilidad
de servicios
NOSERV
PV que no disponen
de servicios (agua,
electricidad y
drenaje).
Inhabitabilidad
(INHABIT)
INHA
PV que presentan
fragilidad en los
materiales y procesos
constructivos, además
de hacinamiento.
PINABIT
PV cuyos habitantes
las perciben en mal
estado y como no
resistentes.
Lugar inadecuado
INACC
PV sin cobertura de
equipamientos
urbanos y sin fuentes
de trabajo próximas,
además de ubicarse en
áreas contaminadas.
NEXPO
PV en áreas expuestas
a peligros naturales
(geológicos e
hidrometeorológicos)
Condiciones de permanencia
Inseguridad
de tenencia y
gasto no
soportable
PSEG
PV que no cuentan
con seguridad
jurídica de la
tenencia y que son
consideradas una
carga financiera.
Insatisfacción
PINSA
PV donde los
habitantes se
encuentran
insatisfechos con
ellas.
Fuente: Elaboración propia.
Aunque la inadecuación cultural de la vivienda
es un tema complejo, para hacerlo medible, se
tomó como indicador la insatisfacción con la
vivienda. Esta consideración parte de la
definición de Amérigo [37] de satisfacción
residencial, "un estado afectivo de carácter
positivo que el individuo posee hacia su
ambiente residencial y que le llevará a
desarrollar determinadas conductas destinadas
a mantener o elevar la congruencia con el
mismo". De manera que, para propósitos del
artículo, se considera que dentro de las
conductas destinadas a mantener o elevar la
valoración positiva de la vivienda se incluye la
apropiada expresión de la identidad cultural.
Por lo anterior, la insatisfacción con la vivienda
ocurre al manifestarse un estado de afecto
negativo o descontento por parte del habitante
hacia su residencia u entorno, situación que le
puede llevar a desarrollar conductas, que van
desde la falta de mantenimiento hasta el
desalojo del inmueble.
La ecuación 1 muestra el cálculo general del
índice de vivienda inadecuada (IVINA), donde
se promedian las condiciones materiales
(NOSERV, INHABIT, INACC y NEXPO) y se
multiplican por los indicadores de las
condiciones de permanencia (PSEG y PINSA).
   

(1)
El indicador temático INHABIT (ecuación 2)
resulta de la multiplicación de la
inhabitabilidad (INHA) por la inhabitabilidad
percibida (PINABIT).
  (2)
El indicador PINABIT (ecuación 3) se obtiene
mediante la división de la suma de los
indicadores de percepción de estado (ESMAL)
y fragilidad (NORES), entre la cantidad
máxima que puede tomar tal adición (en este
caso 200%). Además, se le suma la unidad para
que el indicador agregue valor al indicador
temático INHABIT.
 󰇛󰇜

(3)
El indicador temático INACC (ecuación 4)
promedia la inaccesibilidad de la vivienda a
fuentes de empleo (EMPLNO); salud pública
(SALNO); educación básica (EDUNO);
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recreación (AVNO); deporte (DEPNO);
asistencia social (ASONO); y ambientes libres
de contaminación (CONTA).
 


(4)
El indicador de NEXPO (ecuación 5) registra el
nivel de exposición de la vivienda a amenazas
naturales a partir de la multiplicación del
peligro latente (PELIGGH) por el percibido por
los habitantes (ZONAPER). Este último se
utiliza como ponderador de la exposición
latente, por lo que se obtiene al dividir el nivel
de percepción de inseguridad entre la cantidad
máxima que puede alcanzar el indicador
(100%).
 󰇣󰇡
 󰇢󰇤 (5)
Con respecto a los ponderadores que participan
en la ecuación 1, el de seguridad en tenencia y
carga financiera o PSEG (ecuación 6) se obtuvo
a partir de sumar los indicadores de falta de
título (TITNO), la vivienda no propia (PROPNO)
y la vivienda considerada carga financiera
(GASTONO). Además, el resultado se divide
entre la suma de las cantidades máximas que se
pueden alcanzar en aquellos (300%). A
diferencia de los demás, al ponderar PSEG no se
le suma la unidad, ya que los ingresos de los
habitantes de una vivienda y los derechos de
propiedad de la misma pueden disminuir o
incrementar su inadecuación de manera directa.
 
 (6)
Por su parte, el ponderador de insatisfacción
con la vivienda o PINSA (ecuación 7) es el
resultado de dividir el indicador de
insatisfacción de los habitantes con la vivienda
(NOEXP) entre el máximo alcanzable para
dicho indicador (100%).
3
Debido a la cobertura casi total de los servicios básicos
(agua, electricidad y drenaje) en la mancha urbana de
Mexicali, se excluyó el indicador temático NOSERV del
 󰇡
 󰇢 (7)
3. Resultados
En la tabla 3 se presentan los resultados de los
indicadores temáticos
3
de INHABIT, INACC
y NEXPO, así como el grupo de condiciones
materiales (vivienda y entorno) que se produce
al promediar los tres indicadores.
Tabla 3. Resultados del grupo condiciones materiales
por vivienda en porcentajes.
Indicador
Muy
Bajo
Bajo
Medio
Alto
Muy
Alto
INHABIT
(Inhabita-
bilidad)
0.1
15.5
24.8
23.7
36
INACC
(Lugar
inadecuado)
0.0
17.5
39.1
40.2
3.2
NEXPO
(Lugar
inadecuado)
0.0
0.0
2.3
48.3
49.4
Condiciones
materiales
(vivienda y
entorno)
0.0
0.0
25.5
56.0
18.5
Fuente: Elaboración propia.
En el indicador INHABIT, se observa que casi 60%
del total de viviendas en la ciudad de Mexicali
presentan nivel alto y muy alto de
inhabitabilidad, situación que se debe en gran
medida a la fragilidad constructiva, al
hacinamiento y a la imposibilidad de los
habitantes de percibirlas. Por su parte, el
indicador de INACC señala que 43.4% de las
viviendas están ubicadas de manera inadecuada
(niveles alto y muy alto); es decir, que casi la
mitad de las viviendas no se encuentran
próximas a equipamientos urbanos ni fuentes
de empleo, además se ubican en áreas
contaminadas. En cuanto al indicador temático
NEXPO, se observa que casi el total de la
vivienda en la ciudad de Mexicali presenta
niveles altos y muy altos de exposición a
peligros geológicos e hidro-meteorológicos,
resultado que se explica en gran medida por la
ubicación de la ciudad en la zona de más alta
sismicidad en México.
cálculo del IVINA, ya que solo se consideran
condiciones negativas.
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El grupo temático de condiciones materiales
(que promedia a INHABIT, INACC y NEXPO) revela,
por un lado, que la mayoría de las viviendas en
la ciudad (74.5%) tienen niveles de
inadecuación alto y muy alto. Por el otro lado,
el 25.5% restante se encuentra en el nivel medio,
lo que significa que todo el parque habitacional
de Mexicali mantiene características (ya sean
físicas o de localización) que impiden la
consecución de la vivienda adecuada.
Adicionalmente, la figura 1 muestra el mapa
temático del grupo de condiciones materiales,
donde se observa la distribución intraurbana
heterogénea de las viviendas.
Figura 1. Condiciones materiales (vivienda y entorno).
Fuente: Elaboración propia.
En la figura 1 se aprecia que las AGEB con
niveles muy altos de inadecuación se ubican
principalmente en las zonas periféricas del
poniente y sur de la ciudad. Estas zonas se
constituyen por fraccionamientos de tipo
popular (producto del acceso a suelo urbano por
vía de la invasión), los poblados agrícolas que
quedaron atrapados por el crecimiento urbano y
los fraccionamientos de tipo progresivo)
promovidos por el Gobierno del Estado. Estos
últimos hacen evidente que la inhabitabilidad y
el lugar inadecuado, puede ser promovidos por
el gobierno al implementar programas que
abordan parcialmente el tema de la vivienda, ya
que se enfocan en la regularización de lotes o a
dar acceso a un pie de casa, sin que exista una
propuesta que garantice que ese primer
esfuerzo se convertirá en una vivienda
adecuada.
Por otra parte, los AGEB con nivel medio de
inadecuación corresponden a la zona central y
este de la ciudad, donde se concentran los
equipamientos urbanos, además de
fraccionamientos de tipo residencial. Sin
embargo, el peligro geológico e hidro-
meteorológico latente en Mexicali, en conjunto
con sistemas constructivos deficientes,
incrementa la inadecuación de la vivienda en
toda la ciudad.
En la tabla 4 se puede apreciar cómo
disminuyen considerablemente los niveles de
inadecuación del grupo de condiciones
materiales (CM) al multiplicarlo por los
ponderadores de inseguridad e insatisfacción.
Ya que pasa de 74.5% de las viviendas en
niveles alto y muy alto de inadecuación a 82.2
% con niveles bajo y muy bajo. Esto sucede
porque gran parte de los habitantes de Mexicali
son propietarios de sus viviendas y, por tal
motivo, consideran que esta no representa una
carga financiera, lo que vuelve tolerables las
condiciones materiales inadecuadas.
Tabla 4. Resultados de los grupos temáticos e índice
sintético por vivienda en porcentajes.
Indicador
Muy
Bajo
Bajo
Medio
Alto
Muy
Alto
Condiciones
materiales
(vivienda y
entorno) /
CM
0.0
0.0
25.5
56.0
18.5
Condiciones
materiales y
seguridad
31.4
50.8
17.8
0.0
0
IVINA índice
de vivienda
inadecuada
24.3
42.2
29.9
3.6
0
Fuente: Elaboración propia.
En la tabla 4 también se observan los resultados
del índice de vivienda inadecuada. El IVINA
muestra que un 3.6% de las viviendas de
Mexicali (10,085 de un total de 249,041)
presentan un nivel alto de inadecuación,
situación que se acentuó por la insatisfacción
reportada por los habitantes. Por su parte, 66.5
% de las viviendas se encuentra en los niveles
bajo y muy bajo de inadecuación.
Con respecto a la distribución espacial de las
viviendas inadecuadas, la figura 2 muestra el
mapa temático del IVINA, donde se observa que
la vivienda inadecuada se localiza en la
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periferia oeste y sureste de la urbe, situación
que puede ser resultado del crecimiento
acelerado de la ciudad que rebasó la capacidad
local de dotación de suelo, vivienda,
equipamiento, empleo e infraestructura [29].
Por su parte, la vivienda adecuada se posiciona
en el centro (acumulación de equipamiento) y
noreste (zonas residenciales).
Cabe subrayar que, el cambio que provocan los
ponderadores de seguridad e insatisfacción en
el índice final, revela la importancia que tiene
la seguridad jurídica de la tenencia y la
localización de la vivienda. Esto puede
justificarse con la noción de que ser el
propietario de una vivienda es un logro
considerado valioso que genera satisfacción y
sostiene otros funcionamientos; mientras que
rentarla o tener posesión ilegal de esta puede
traer consigo sentimientos negativos y
preocupación, que eventualmente pondrían en
conflicto las situaciones o condiciones propias
de vida.
Figura 2. Índice de vivienda inadecuada (IVINA). Fuente:
Elaboración propia.
En otras palabras, los habitantes pueden ver
reflejado en sus viviendas el progreso, el
cúmulo de esfuerzos invertidos en su
consecución (habilidades, medios y
oportunidades), pues la forma en que se
hicieron de ella supone el sorteo de ciertas
limitantes (personales, sociales o ambientales),
como pueden serlo la acumulación de capital
económico o la obtención de un empleo
remunerado para la compra de una vivienda, ya
que en un país como México, el derecho a la
vivienda se adquiere principalmente por medio
del trabajo. De modo, que la satisfacción que
propicia habitar una vivienda inadecuada puede
ser producto de varios factores, entre ellos, el
no tener la oportunidad de elegir (libertad) una
mejor, pues la vivienda inadecuada suele
presentarse como la única opción viable para
las familias de bajos recursos; pero también,
como reflejo de la transformación de las
condiciones de vida que se generan a partir del
hecho de migrar a Mexicali.
4. Conclusiones
La vivienda adecuada simboliza tanto el
complimiento de un derecho, como parte de la
habilitación de las capacidades humanas
centrales. Pues, la vivienda propicia una vasta
gama de oportunidades serias (p. ej. de
protección, de buena salud, de privacidad, de
seguridad, de lugar de estudio), siempre y
cuando, sea asequible, habitable y
culturalmente apropiada; además de contar con
costos accesibles, seguridad jurídica, servicios
básicos y buena localización.
Desde esta lógica, se propuso el indicador
sintético IVINA que evalúa el hábitat como un
elemento del bienestar desde el enfoque de las
capacidades. Pues se entiende que el
cumplimento parcial de las condiciones
señaladas en el párrafo anterior, pueden reducir
o inhabilitar la expansión de las libertades de
los habitantes y, por lo tanto, participar en el
detrimento de su bienestar. Pero, a diferencia de
otros indicadores que se aplican a escala
nacional, este trabajo permitió detectar
diferencias al interior de la ciudad, como
información básica para la planeación y la
atención de las desigualdades estructurales.
Una vez aplicado al caso de estudio, el índice y
los grupos temáticos permitieron identificar
que más de la mitad de las viviendas en
Mexicali son inadecuadas porque no cuentan
con condiciones materiales apropiadas; es decir,
son frágiles, no tienen espacios suficientes y
están expuestas tanto a peligros naturales, como
a contaminación ambiental. Además de que
carecen de acceso a equipamiento y fuentes de
empleo.
Por lo anterior, entre las aportaciones que hace
el artículo al campo del conocimiento, se
encuentra la propuesta metodológica que
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presenta y pone a prueba en un caso concreto.
Esta permite identificar desigualdades el
interior de las ciudades y centrar la atención en
las áreas más desfavorecidas en materia de
vivienda, tanto en condiciones materiales como
en la distribución de oportunidades. Lo anterior
como una aproximación multidimensional al
cumplimiento del derecho humano a una
vivienda adecuada
Ahora bien, al revisar diferentes baterías de
indicadores e índices [6-15], que miden
distintos aspectos de la vivienda, nos
percatamos de características predominantes
en cada una de ellas, estas son: 1) uso de las
directrices del derecho a una vivienda adecuada;
2) uso de información de fuentes oficiales,
anuales y gratuitas; 3) simplicidad del cálculo;
4) uso de ponderadores; 5) uso de la escala
intraurbana; 6) resultados en porcentajes y
promedios; 7) uso de sistemas de información
geográfica; 8) compilación de los indicadores;
9) valoración en escalas; y 10) visualización en
mapas temáticos. Cabe resaltar, que las
propuestas de indicadores revisadas comparten
varias de las características anteriores; en
cambio, solo la presente investigación integra
las diez.
Sin embargo, el estudio de las condiciones del
hábitat a nivel intraurbano presenta algunas
limitantes, la principal es la falta de
disponibilidad de información para integrar el
total de indicadores básicos que permitan una
visión más integral del tema.
Aun así, los indicadores generados son
directamente vinculables con la formulación de
políticas e instrumentación de estrategias con la
finalidad de incrementar el bienestar de la
población urbana. También constituyen una
herramienta básica para el monitoreo de los
cambios en las condiciones de habitabilidad de
la ciudad; es decir, son útiles para diagnosticar,
planificar y vigilar la cobertura del
equipamiento urbano, la distribución de las
fuentes de empleo, la localización segura de los
hogares, entre otros aspectos.
De modo que académicos, planificadores y
tomadores de decisiones puedan generar
información útil para orientar planes y acciones
urbanas hacia el logro del desarrollo
sustentable, donde la consecución del derecho
a una vivienda adecuada es un requiso obligado.
Como asignatura pendiente, queda desarrollar
un indicador más robusto de inadecuación
cultural, que permita conocer aspectos
identitarios relacionados con la vivienda.
Además, es importante conectar el análisis del
hábitat con la orientación de las acciones
gubernamentales en la materia, así como dar
seguimiento a los cambios que experimenta la
ciudad con el paso del tiempo, además de
comparar su desempeño con otras ciudades
similares.
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